ü Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP) exhorta al Estado a priorizar la vida por encima de intereses económicos de la cuestionada empresa.
A la voz de rechazo de la Iglesia Católica y otras organizaciones sociales, se suma, la comunidad evangélica ante el inminente reinicio de las operaciones de la empresa Doe Run Perú (DRP), con la “carta blanca” que le daría el Congreso de la República de aprobarse el cuestionado Proyecto de Ley presentado por el congresista Casio Huaire, que plantea una nueva (tercera) prórroga para el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) de Doe Run, y que de no contar con los recursos suficientes para culminar con su PAMA, podrá acceder a una nueva prórroga, asimismo, se le condonaría las multas, sanciones e indemnizaciones que le impusieron a la empresa por sus reiterado incumplimientos ambientales.
Esta vez el Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), mediante un comunicado ha expresado su preocupación pastoral frente a los reiterados atropellos de parte de la empresa minero-metalúrgica Doe Run Perú SRL. que señala: “nos parece indignante que una empresa que ha incumplido reiteradamente, sus compromisos y obligaciones ambientales, contaminado el aire y los suelos por muchos años más, solicite una tercera ampliación de su Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA), para reiniciar sus operaciones. Esto representa un acto de irresponsabilidad moral, por ser un atropello a la dignidad y la salud de la población de La Oroya y los trabajadores del Complejo Metalúrgico”.
La comunidad evangélica expresó su preocupación que el Estado priorice los intereses económicos de dicha empresa a la salud de la población, a pesar que diversos estudios de organismos nacionales e internacionales han demostrado que la población está contaminada y ha afectado su calidad de vida.
“Consideramos que el planteamiento de la opción entre la salud o el trabajo propuesta por algunos líderes políticos para resolver el problema, es no sólo irresponsable sino también perverso, porque lo que realmente está en juego es la vida de las personas que el Estado tiene la obligación de defender por encima de cualquier otro interés económico privado”, señala el comunicado.
Asimismo, la CONEP se mostró a favor del reinicio de las operaciones del complejo metalúrgico sólo “sí se ha concluido con todos los compromisos del PAMA que asegure la vida, la salud y el trabajo digno”.
El Concilio Nacional Evangélico del Perú se suma a las muchas voces que se oponen a que está cuestionada empresa vuelva a funcionar por no haber cumplido con sus responsabilidades ambientales por más de trece años y ser la responsable de los altos índices de intoxicación con metales pesados que registra la población de La Oroya.
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