martes, 19 de junio de 2012

Médico Hugo Villa: “Sea cual sea la nueva administración del Complejo Metalúrgico la condicionante deberá ser el cumplimiento del PAMA”


Villa señaló que tanto Essalud y el Hospital del Minsa no cuentan con aparatos necesarios para determinar los niveles de contaminación de un paciente, es decir la población contaminada de La Oroya no puede ser atendida adecuadamente, además dicha ciudad no cuenta con especialistas y personal calificado.



Ante la cercanía del ingreso de un nuevo operador del Complejo Metalúrgico de La Oroya, el neurólogo Hugo Villa, quien trabajó por 29 años en el seguro social de esa ciudad, advierte que se deben tomar todas las medidas de salud necesarias para el tratamiento de las personas que han sido afectadas por la contaminación que por décadas han sido víctimas la población de La Oroya.

Y es que aún persiste la contaminación de plomo en sangre en los niños y niñas de La Oroya –aunque haya bajado significativamente desde que la fundición tuvo que suspender operaciones en el año 2009. La razón es la siguiente: El plomo se almacena en el organismo por mucho tiempo y porque los suelos de La Oroya continúan contaminados, producto de la sedimentación producida después de las emanaciones tóxicas que en su momento arrojó el complejo.

En un informe presentado por la Dirección Regional de Salud de Junín el 2011, el doctor Villa recomendó a las autoridades asegurar las mínimas condiciones de seguridad ambiental, si es que se pretende el reinicio de las labores del Complejo Metalúrgico de La Oroya. En ese sentido, es importante que se emprenda, con la debida seriedad y responsabilidad, el tratamiento y remediación de los suelos (fundamentalmente de La Oroya Antigua en un inicio), así como se debe exigir al Ministerio de Salud, EsSalud, Gobierno Regional de Junín el cumplimiento del Programa de Vigilancia Epidemiológica sobre la contaminación por plomo, otros metales pesados y del arsénico.

“Se debe hacer el seguimiento de los pacientes contaminados, se debe controlarlos periódicamente con exámenes y darles reforzamiento alimenticio y en otros casos, desplazar a la población de la zona”, recomendó Villa quien se refirió además a las graves deficiencias que presentaba el sistema de salud de La Oroya durante el tiempo que laboró en esa ciudad.

Recordó que La Oroya cuenta con un hospital del MINSA, otro de EsSalud y uno recientemente inaugurado el 2011. Sin embargo, ninguno de ellos cuenta con los aparatos necesarios para determinar los niveles de contaminación de un paciente. Para ello hace falta en la ciudad un espectro fotómetro de absorción atómica, un  equipo apropiado para medir los niveles de plomo, cadmio, arsénico u otros agentes contaminantes en la sangre. Es de última generación y está valorizado en más de un millón de dólares.

Pero no sólo la falta de equipos fue determinante para que la población contaminada de La Oroya sea atendida adecuadamente. El especialista comentó que no hay personal calificado. “Nunca capacitaron a los médicos. Las autoridades nunca se interesaron”, dice Hugo Villa. Y es que el sistema de salud de La Oroya es deficiente.. Hasta cuando Villa estuvo laborando, el seguro sólo contaba con 30 médicos especialistas en traumatología, cirujanos, pediatras y médicos generales. No se contaba con ningún urólogo o toxicólogo quienes podrían haber identificado el estado de intoxicación de los pacientes.

Hugo Villa es muy enfático en señalar que “sea cual sea la nueva administración del complejo metalúrgico la condicionante deberá ser el  cumplimiento del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA). La construcción de la planta de ácido sulfúrico del circuito de cobre es de suma importancia. Dar suplementos alimenticios, por ejemplo, no ataca el problema de raíz aunque en algo protege a los niños. Pero la madre del cordero es la fundición, si no se moderniza, la contaminación continuará”, dijo.

Hay que recordar que la contaminación con plomo no se soluciona a corto plazo. El plomo, que ingresa por las vías respiratorias o por la piel puede llegar a almacenarse en la médula de los huesos. Difícilmente una persona puede desintoxicarse completamente del plomo. Una vez que el plomo ingresa al organismo no hay vuelta atrás.

“La Oroya ha crecido. No olvidemos que alrededor de la ciudad se están desarrollando otros proyectos como el de Toromocho. La ciudad tiene nuevos habitantes y dudo mucho que los hospitales se den abasto para atenderlos a todos”, finalizó el médico.

lunes, 18 de junio de 2012

Contaminación del aire disminuyó notablemente en La Oroya






Desde hace 21 meses La Oroya ha dejado de respirar plomo, tras el cierre de las operaciones de Doe Run Perú. La Oroya respira un aire más limpio, así lo confirman los reportes de cumplimiento del estándar de calidad de aire (ECA) de esa ciudad, estos resultados (2012) frente a lo que arrojaba el año 2007 reporta que los niveles de contaminación por material particulado PM10 (partículas de desechos como plomo, cadmio, arsénico, polvo y otros) han disminuido notablemente de valores de 66.53 microgramos por decilitro (µg/dl) a 19.91.

Igualmente, los índices de dióxido de azufre (SO2) en el aire han bajado de valores aproximados de 1177.33 µg/dl a 2.63 µg/dl. Estos datos han sido publicados por la propia Doe Run Perú, quien desde el 2007 por mandato del Estado y para poder medir el nivel de cumplimiento de sus compromisos ambientales, implementó un sistema de monitoreo de calidad del aire.

El PM10 está compuesto por partículas de menos de 10 micras de tamaño, estas partículas pueden ser polvo o desechos tóxicos como emisiones de carbono, plomo, cadmio y otros. Se ha comprobado que durante el 2007, 2008 y 2009, mientras el Complejo Metalúrgico de La Oroya estaba en funcionamiento, el nivel de contaminación del aire era alto y superaba el ECA para aire con el perjuicio que eso ha significado para la salud de la población. Lo contrario viene sucediendo en estos años que la fundición ha paralizado sus actividades.

Definitivamente el mayor contaminador de La Oroya ha sido el Complejo Metalúrgico, dice Arturo Alfaro, integrante de la Plataforma La Oroya por un cambio. El 99% de las emisiones provenía de la fundición, de ahí la importancia de la construcción de las plantas de ácido sulfúrico para cada circuito de concentrados de plomo, zinc y cobre. Como se sabe, la planta de ácido sulfúrico del circuito de cobre solo fue avanzada hasta el 57%. Como consecuencia, durante el periodo de funcionamiento de la fundición a cargo de DRP, se siguió contaminando y emitiendo gases cargados de SO2.

“El nuevo operador tiene que garantizar que no se va afectar el ECA y que va tener suficiente capital para culminar los proyectos que incluye la modernización del circuito de cobre y la culminación de la planta de ácido sulfúrico”, dice Alfaro.

Hay que indicar que en el 2006, Doe Run firmó el “Plan de Acción para la mejora de la calidad de aire de La Oroya” en el cual se consideraba que a finales de octubre del 2009 se cumplirían el ECA si la empresa culminaba sus proyectos del PAMA. La empresa aceptó el Plan pero no cumplió sus compromisos y se mantuvieron los índices de contaminación.

Asimismo, hay que tener en cuenta que el 2008, el Ministerio del Ambiente aprobó un nuevo ECA para dióxido de azufre. Y para el 2014 el estándar será de 20 µg/dl y ya no el de 80 µg/dl que está vigente desde el año 2001. Considerando que la modernización del circuito de cobre y la construcción de la planta de ácido sulfúrico está valorizado en más de US$ 160 millones de dólares, el nuevo operador deberá considerar este nuevo ECA y debe considerar las inversiones necesarias que ayuden a reducir las emisiones de SO2.

Está en manos del Ministerio del Ambiente, a través del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), hacer que el nuevo operador del complejo metalúrgico cumpla con los ECAs de aire y agua, para garantizar una mejor calidad de vida a la población de La Oroya  que ha sufrido más de 80 años de contaminación. 








martes, 12 de junio de 2012

Modernización del Complejo Metalúrgico de La Oroya será clave para reducir la contaminación


Con la liquidación en marcha de Doe Run Perú (DRP), sale a flote una pregunta crucial: ¿Qué inversión tendrá que hacer el  nuevo operador del complejo metalúrgico para no contaminar La Oroya?


El compromiso ambiental que se le deberá exigir al nuevo dueño es la ejecución de un plan de acción que considere la modernización del complejo metalúrgico y el control al 100% de las emisiones fugitivas. El nuevo operador deberá garantizar el cumplimiento de los estándares de calidad ambiental (ECAs) para aire y agua, sobre todo ahora que los ECAs de aire se encuentran en su nivel más bajo en La Oroya. Si lo comparamos con años atrás, en el 2007, la contaminación del aire por material partículado PM10 (partículas de desechos como plomo, cadmio, arsénico, polvo y otros) era de 66.53 µg/dl y el 2012 bajó, considerablemente, a 19.91 µg/dl.

El complejo metalúrgico procesa tres tipos de metales: plomo, zinc y cobre, según su Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA), Doe Run Perú se comprometió a construir tres plantas de ácido sulfúrico para los circuitos de los metales mencionados. Hasta el  2009, DPR había cumplido con la construcción de dos plantas para los circuitos de plomo y zinc. La planta para el circuito de cobre sólo se avanzó en un 57%, esta sería la mayor inversión que debió hacer la empresa para garantizar un medio ambiente limpio, pero no cumplió.

Las plantas de ácido sulfúrico son de vital importancia porque capturan el material particulado, que contiene plomo, arsénico, cadmio y otros metales pesados, antes que salga al ambiente y los precipita con agua. Al capturarlos convierte a los gases en ácido sulfúrico, componente que la fundición reutiliza y vende.  Según información del Ministerio de Energía y Minas, las inversiones estimadas para capturar al 100% los gases de los tres circuitos y para la culminación de la Planta de ácido sulfúrico varían entre US$ 157.81 y US$ 183.52. 

Cabe recordar que la contaminación en La Oroya se ha debido a las emisiones que desde la chimenea principal, ahora paralizada, se emitían diariamente, contaminando con dióxido de azufre, plomo, cadmio y arsénico, el aire, agua y suelo de la ciudad. El 2005, DRP fue notificado como el macroemisor de estos contaminantes, pues contribuía con más del 90%. Definitivamente ello afectó la salud de los pobladores de La Oroya, de las comunidades y la agricultura desarrollada en la cuenca del Mantaro.

Son conocidos los graves efectos en la salud de estos contaminantes, el dióxido de azufre puede causar irritación de las vías respiratorias y ojos, exacerbar los casos de bronquitis y asma y dañar severamente el sistema respiratorio a mayor el tiempo de exposición, el plomo afecta el sistema nervioso central, reduce la capacidad de aprendizaje y genera transtornos en la conducta, el arsénico y el cadmio son cancerígenos pues atacan directamente los órganos blandos.